Durante la pandemia se ha incorporado el uso del barbijo como elemento de protección de bioseguridad, por lo que incluso muchas personas se sienten “raras” al olvidar colocárselo. Prácticamente ya es un accesorio más de la vestimenta, con diseños y materiales que se adaptan a cada gusto.
En otro ámbito, el barbijo es obligatorio en el transporte público y, hasta hace poco, también se lo debía llevar colocado al transitar el un vehículo con el grupo familiar.
Y si bien ahora esto último no es obligatorio, ni tampoco emplearlo al conducir solo, sí existen algunas recomendaciones sobre cómo y dónde guardarlo, ya que de nada sirve cuidarse si al fin y al cabo se lo va a apoyar sobre cualquier superficie del vehículo o se lo hará un “bollito” y no se le prestará atención.
Para evitar que el barbijo se contamine, lo principal es ser consciente de que se trata de un elemento personal, intransferible y al que se le debe dar un uso responsable.
Por eso, incluso al viajar solo es necesario tomar algunas precauciones y evitar a toda costa dejarlo suelto, para evitar el contacto con superficies contaminadas.
Atendiendo a lo anterior, lo recomendable es que el barbijo o cubreboca no esté colgado en el espejo retrovisor (peligrosísimo, ya que obstruye la visión); en el asiento del acompañante; portaobjetos; apoyabrazos; parasol ni guantera. En definitiva, que no esté apoyado en cualquier lugar. Y si no queda otra opción, entonces se puede guardar en la guantera pero siempre dentro de una bolsita plástica o de papel madera.