Un embarazo es motivo de grandes y profundos cambios en una pareja, sobre todo, claro, en la mujer, quien lleva adelante este proceso natural. Justamente, al ser natural, no deberían existir cambios en la cotidianeidad y, por ende, tampoco hay restricciones para conducir.
Sin embargo, y de maner lógica, existen ciertas recomendaciones a tener en cuenta si la conductora está embarazada:
1. Adaptar el asiento en altura y distancia para que la madre esté totalmente cómoda; que no esté apretado.
2. Utilizar siempre e incondicionalmente el cinturón de seguridad (para todos los pasajeros). El mismo debe colocarse entre el pecho y pasar lo más bajo posible sobre las caderas, de forma tal que no moleste al bebé.
3. El airbag debe quedar a una distancia mínima de 20 o 25 cm de la panza de la mujer.
4. Al viajar largas distancias, parar y descansar obligatoriamente cada una hora y media.
5. Evitar maniobras bruscas y acelerar y frenar de manera constante, ya que el movimiento puede provocar náuseas. Procurar mantener una velocidad constante y una conducción suave lo más que se pueda.
Los expertos afirman que se puede conducir de manera normal durante el embarazo, siempre y cuando se tomen las medidas correspondientes y se aplique la lógica en la conducción. Y si bien cada embarazo tiene sus propias particularidades, no se desaconseja manejar de forma total. No obstante, sí extremar las precauciones a partir de la semana 30 de gestación.